UN SIMPLE CAMINAR
Cae la noche sobre mi amado pueblo
y los grillos resucitan su cantar.
En la inmensidad del cielo
brilla la belleza de un púrpura
crepuscular.
El sol se va, acompañado de una suave
llovizna,
como un ave mojada queda mi pequeña
Teodelina.
Y cuando ese suave fuego empieza a
pintar el cielo,
la luna aparece suspirando anhelos.
Con un manto negro se viste mi lugar
destellan en él las gotas de cristal.
Los añejos árboles, en la oscuridad
dormidos,
y la luna iluminando mi destino.
La lluvia tenue refresca la mirada
Y la noche, con su brillo, canta
enamorada.
Percibo el frío de esa noche entrando
en mi nariz,
me siento en el pasto y mis manos se
llenan de rocío,
miro hacia la oscuridad y solo de la
luna encuentro brillo.
Hay lugares donde uno se queda,
hay distintas sensaciones en un mismo
paisaje nocturno,
esas sensaciones que no se explican,
esas que enamoran en la noche
silenciosa de una hermosa plaza.
Las luces alumbran esa belleza que solo
se encuentra allí,
en esa plaza donde los sueños nadan en
arena,
una plaza que te lleva a todas partes,
contra viento y marea.
La lluvia limpia las tristezas
y la luna, como un faro, va guiando mi
andar.
Senderos que conducen hacia la luz,
Lugares que en el alma se quedan.
Solo con el alma se puede percibir esa
belleza,
Su camino guía mi destino y mis sueños.
Es poca la diferencia que hay entre uno
y otro paisaje,
La diferencia está en quien los mira,
porque en cada mirada maravillada se
encuentra
la hermosura de mi plaza de Teodelina.
Felicitaciones!!!!excelente propuesta .
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